Una escultura considerada una falsificación moderna resulta ser un centurión romano del siglo III d.C.

31/10/2023

Una investigación de la UNED liderada por el profesor David Ojeda Nogales, de la Facultad de Geografía e Historia de la universidad, ha dado un sorprendente giro a la historia de un busto que ha formado parte de la colección Knole durante siglos. Considerado unánimemente desde finales del siglo XIX una escultura moderna, el estudio ha refutado la hipótesis y ha demostrado que realmente fue esculpido en un taller en Roma en el segundo cuarto del siglo III d.C. y que representa a un centurión romano, arrojando además luz sobre la vida militar de la antigua Roma y desafiando las creencias sobre la autenticidad de la escultura.
 

El busto, adquirido por John Frederick Sackville, Tercer Duque de Dorset, en Roma en 1771, fue considerado durante mucho tiempo como una creación moderna debido a su inusual diseño y detalles. Según los registros históricos, el duque era un apasionado coleccionista de arte y antigüedades romanas. Se cree que el busto fue adquirido durante su Grand Tour por Europa, una práctica común entre los aristócratas del siglo XVIII para completar su educación, pero lo cierto es que se desconoce dónde fue encontrado.
 

Este busto romano ha resistido el paso del tiempo y ha sido cuidadosamente preservado en la Colección Knole, donde se convirtió en una pieza destacada y enigmática. Durante años, los visitantes admiraron su belleza sin conocer su verdadera historia y significado. El reciente estudio llevado a cabo por David Ojeda ha revelado que esta escultura de mármol representa a un centurión romano y que fue esculpida en un taller en Roma en el segundo cuarto del siglo III d.C. Lo más notable del busto es la presencia de una vitis (bastón de centurión) y un puñal en el lado izquierdo de la figura. Ambos elementos indican claramente el rango y la posición militar del hombre retratado.
 


 

"El busto de Knole representa a un centurión y es una escultura romana original. Los centuriones eran un grupo heterogéneo en cuanto a la clase social de la que provenían y su carrera profesional. Tanto equites como soldados rasos en el ejército podían alcanzar ese rango militar. Los primeros lo lograban directamente, los últimos después de 13-20 años de servicio militar. No sabemos a qué clase pertenecía originalmente el centurión de Knole, solo una cosa es segura: como oficial en el ejército romano, formaba parte de un grupo acomodado cuyo salario le habría permitido costearse una escultura de calidad excepcional”, concluye David Ojeda en su artículo.

 

 

El artículo ha sido publicado en una de las mejores revistas mundiales, la American Journal of Archaeology, que está indexada en posición Q1. El trabajo es el resultado de un proyecto I+D+i que se realiza en el Departamento de Historia del Arte de la UNED, FAKE-La perdurabilidad del engaño: falsificación de antigüedades en la Roma del siglo XVIII.

 

 

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Itziar Romera

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