La UNED e Instituciones Penitenciarias aúnan esfuerzos en la lucha contra la radicalización violenta
En un esfuerzo por comprender y abordar uno de los desafíos más apremiantes de la sociedad actual, la UNED e Instituciones Penitenciarias han presentado un informe público y de acceso libre que muestra los resultados de una profunda investigación sobre procesos de radicalización violenta y ofrece nuevas perspectivas para la puesta en marcha de programas de intervención y lucha contra esta problemática. El estudio, liderado por el catedrático de Psicología de la UNED Ángel Gómez Jiménez, arroja luz sobre los mecanismos subyacentes que pueden conducir a la radicalización violenta, especialmente en el contexto penitenciario, y es una clara muestra de la importancia de la colaboración interinstitucional y de que la Academia responda a las demandas reales de la sociedad.
La investigación consistió en una serie de 185 entrevistas a internos de diferentes colectivos, incluyendo personas encarceladas por terrorismo yihadista, individuos que desarrollan conductas de captación y proselitismo, así como internos en riesgo de radicalización en prisión, junto con miembros de bandas latinas. Estas entrevistas se llevaron a cabo en 45 centros penitenciarios durante los años 2021 y 2022, utilizando sesiones individuales cara a cara y un cuestionario diversificado que incluía escalas tradicionales, medidas dinámicas y viñetas.
El informe destaca varios hallazgos significativos. Por ejemplo, los internos de los grupos relacionados con el terrorismo yihadista, en comparación con otros grupos, muestran una conexión visceral más fuerte con su grupo y con la religión. Además, se observa una tendencia preocupante en la fusión progresiva con la comunidad musulmana entre internos en riesgo de radicalización.
Uno de los aspectos más destacados es la relación entre la percepción de deshumanización y la disposición a realizar acciones violentas contra ciertos grupos, como las fuerzas de seguridad del Estado. Los resultados también resaltan la importancia de la familia como factor de protección y la relevancia de la confianza en el grupo en la disposición a realizar sacrificios.
Ángel Gómez, investigador principal, señala que “el informe resulta relevante por varios motivos. No solo representa una investigación pionera a nivel internacional, sino que también proporciona información valiosa para el desarrollo de herramientas de evaluación del riesgo y programas de intervención".
La colaboración entre la UNED e Instituciones Penitenciarias visibiliza la importancia de que la Academia responda a las demandas reales de la sociedad y aborde problemas urgentes como el de la radicalización violenta en este caso, tal y como señala el propio investigador: “el estudio es un ejemplo de la sensibilidad de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y de su interés por tener una base científica y empírica en su lucha contra la radicalización violenta, lo que resulta absolutamente pionero a nivel internacional”.
Acciones futuras
Este esfuerzo conjunto, además, no solo amplía la comprensión sobre este complejo fenómeno, sino que sienta las bases para futuras investigaciones y acciones preventivas dado que recoge “información relevante y de utilidad para desarrollar y/o mejorar herramientas de evaluación del riesgo de la radicalización y programas de intervención que pueden ser utilizadas por instituciones y científicos de otros países”, concluye Gómez.
Y es que el estudio ofrece algunas sugerencias sobre cómo aplicar los hallazgos en programas de intervención y en la lucha contra la radicalización violenta. En este sentido, destaca la importancia de diseñar programas de tratamiento que aborden tanto las necesidades específicas de cada individuo como los aspectos comunes que subyacen a la radicalización.
Además, señala la relevancia de combinar programas dirigidos explícitamente a la prevención del terrorismo y la radicalización con intervenciones más generales que aborden otros aspectos del comportamiento criminal y la reinserción social y destaca la importancia de tener en cuenta el papel de las emociones, la percepción de injusticia y la discriminación en la disposición a realizar comportamientos extremos, lo que sugiere que los programas de intervención deberían abordar estas cuestiones de manera integral.
Itziar Romera
Fotografías: Ángel Gómez
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