"La mujer fue más libre y relevante en el Antiguo Egipto que en otras sociedades antiguas como la griega o la romana"

05/03/2024

Inmaculada Vivas Sáinz es doctora en Historia por la Universidad de Alcalá de Henares y profesora de Historia del Arte en la Facultad de Geografía e Historia de la UNED. Dirige el Grupo de Investigación Memoria, Arte Antiguo y Tradición (MAAT) en el Departamento de Historia del Arte de su facultad, un proyecto que reúne a distintos especialistas en arte antiguo tanto de la UNED como de otras universidades e instituciones, dedicados a estudiar su influencia en el devenir histórico de la cultura occidental. Egiptóloga de vocación gracias al doctor Antonio Pérez Largacha, con quien coincidió en la UAH, sus líneas de investigación se centran en el período llamado del Imperio Nuevo o Reino Nuevo (del siglo XV al X antes de Cristo), considerado como de mayor esplendor cultural y político de la historia del Egipto antiguo. Su labor científica, enfocada en las interrelaciones entre el Antiguo Egipto y la cuenca mediterránea oriental durante la Edad del Bronce, la ha llevado a trabajar con instituciones tan prestigiosas como el Institut français d’archéologie orientale de El Cairo y el Griffith Institute de la Universidad de Oxford, y a participar en misiones arqueológicas como el Royal Caché Wadi Project de la Universidad Complutense de Madrid. Tiene numerosos artículos y publicaciones en revistas científicas y en 2022 participó en una selección de veinticuatro investigadoras internacionales que dieron forma al libro Women in Ancient Egypt: revisiting power, agency and autonomy, editado por la American University in Cairo Press. Con motivo del Día Internacional de la Mujer participará en un ciclo de conferencias sobre la imagen de la mujer en el Egipto de los faraones, La mujer en el Antiguo Egipto, organizado por el Ayuntamiento de Zamora. Allí charlará sobre el fascinante personaje de la reina Hatshepsut, quien gobernó Egipto durante más de veinte años en plena XVIII Dinastía.

 

La mujer en el Egipto de los faraones

 

Así, de primeras, como egiptóloga con un amplio bagaje investigador y académico, bajo el título “La mujer en el Antiguo Egipto”, ¿qué cosas, a modo general, se pueden decir? En las otras dos grandes sociedades del mundo clásico, mucho más cercanas en el tiempo a nosotros, por ejemplo, la mujer jugaba roles distintos: en la Atenas clásica la mujer no tenía derechos políticos, que correspondían todos al hombre, y aunque en Roma tampoco, en la nobleza jugaban un papel importante a la hora de las intrigas por el poder.

 

Bueno, podemos hablar de la figura de la mujer desde un punto de vista social, que yo creo que es interesante, sobre todo comparándolo con otras culturas del mundo antiguo. Siempre se habla de que en Egipto la mujer tuvo un papel más relevante, que tenía más libertad. Quizás no si lo comparamos con el mundo actual pero sí si lo comparamos con otras civilizaciones antiguas. Por ejemplo, en época romana, tienen una serie de libertades mucho más limitadas. En Egipto las mujeres siempre estaban subordinadas a la figura paterna, a la figura del marido, pero en cambio tenían ciertas libertades económicas. Por ejemplo, podían comprar y vender bienes o realizar contratos. También el tipo de matrimonio que existe en Egipto era el civil, por lo que se podían divorciar, separar, tenían la capacidad de participar en un juicio si tenían alguna cuestión económica que solventar…desde el punto de vista sociológico es interesante. Y luego también, por supuesto, desde la perspectiva de la Historia del Arte, me interesa mucho también cómo se representa a la mujer, con qué atributos, cómo se representa desde las mujeres de las clases bajas hasta las mujeres de la élite, de la realeza. Hay una diversidad de ese tipo de representación que es muy interesante.

 

Hay indicios de que algunas mujeres del Antiguo Egipto sabían escribir, eso en una población que nunca pasó del 1% que sabía leer. ¿Desempeñaban algún papel relevante en el ámbito político, económico o religioso?

 

En el ámbito político, cuando hablamos de la élite, sí que había mujeres, sobre todo vinculadas a la realeza, que sí que han tenido un papel interesante. Podemos hablar, por ejemplo, de mujeres de esos inicios del Reino Nuevo como Ahhotep o Ahmes Nefertari, posteriormente la propia Hatshepsut, Nefertiti, que es una conocidísima figura histórica, Nefertari, la mujer de Ramsés II…son mujeres que han tenido un papel político interesante y además relevante en determinados momentos de la Historia. Por ejemplo es curioso que en los inicios del Reino Nuevo, digamos, cuando Egipto se está recuperando de un período de disgregación en el que son gobernados por extranjeros de origen asiático, en ese momento, cuando los reyes están participando activamente en las batallas, es la reina consorte, porque en Egipto no existe el papel de reina sino en todo caso son reinas consortes, son ellas las que se quedan en la corte y las que empiezan a asumir un papel político importante. Y ese es probablemente el origen de figuras fuertes, de esas mujeres fuertes y relevantes. En esos inicios de la XVIII Dinastía y también de finales de la XVII Dinastía es donde vemos a mujeres que tienen un papel político importante. Es una especie de semilla que va germinando y que hace que surjan, durante las XVIII y XIX Dinastías, mujeres con más peso.

 

La primera mujer faraón de Egipto

 

Maat-Ka-Ra Hatshepsut Jenumet Imen, para la posteridad Hatshepsut, que significa La primera de las mujeres nobles, fue la más poderosa e importante de las cinco mujeres que, que se sepa, gobernaron el Egipto de los faraones durante los tres mil años que comprende esta civilización. Reinó como faraona, no como regente, en una suerte de diarquía con su hijastro Tutmosis III. Su gobierno está considerado como un período de paz y de prosperidad para un Egipto imperial que aún no había alcanzado el clímax de su expansión territorial. ¿Su memoria y la memoria de su reinado fueron proscritas posteriormente por su empeño en que la sucediera su única hija?

 

Realmente no sabemos por qué se borra su memoria. Este es un proceso que en términos históricos y artísticos se conoce como damnatio memoriae y que consiste en borrar, por así decirlo, de las fuentes históricas, artísticas e iconográficas, la figura de esta reina. No sabemos realmente por qué se borra. Parece que los primeros años del reinado de su hijastro Tutmotsis III en solitario, su memoria no se proscribe, sino que las fuentes indican que es más bien hacia el final de su reinado. Lo que nos estaría sugiriendo que quizá tiene más que ver con la sucesión del hijo de Tutmotsis III, con la idea de reforzar esa línea dinástica. Pero no está claro que realmente hubiera un enfrentamiento, de hecho tenemos muchas representaciones de los dos soberanos, de los dos co-regentes representados de manera conjunta. No hay indicios para pensar que hubiera realmente una enemistad. Lo que sí que es verdad es que Hatshepsut es borrada en muchas fuentes históricas. Y es curioso que en las Listas Reales egipcias que se compilan y que las tenemos conservadas a través de diferentes fuentes como la Lista de Abidos o el llamado Papiro Real de Turín, es interesante ver cómo se saltan esta figura histórica. Es ignorada en muchos de estos textos porque desde la mentalidad egipcia era algo chocante, atípico y que iba contra su tradición que una mujer ocupara el trono de Egipto.  

 

¿La damnatio memoriae de Hatshepsut que llevaron a cabo los faraones que la sucedieron tiene más que ver con el hecho de preservar el carácter masculino de la monarquía, que con el hecho de eludir el caos sucesorio que podría depararse al haber más candidatos, incluyendo las mujeres, a la disputa del trono?

 

Probablemente es más una cuestión de respetar la tradición. Es interesante, por ejemplo, que la figura de Hatshepsut no es la única que comienza a ostentar un puesto de reina regente. Esto ya había sucedido en otros momentos. Lo extraño del caso de Hatshepsut es que se hace coronar como faraón. En realidad no existe un término como “faraona”, este término no existe, es un título que estaba vinculado tradicionalmente a la figura de un varón, porque la línea dinástica se hereda. Quizá Hatshepsut se siente con verdaderos derechos al trono porque ella es hija de reyes. La línea dinástica de esa XVIII Dinastía corre por sus venas. Ella es hija y nieta de reyes. Y sin embargo su hijastro es hijo de rey pero nacido de una esposa secundaria, por lo cual hay mucho conflicto a nivel historiográfico de por qué Hatshepsut se hace coronar rey. Quizás existe una crisis dinástica, muere la madre de Tutmotsis III, quizá ella teme que peligre la sucesión de ese rey que es todavía un niño…poco a poco, digamos, va adquiriendo poder y en un determinado momento se hace coronar. Una vez que ya es coronada faraón es un proceso que ya no es posible revertir. Era un cargo que te confería un papel semidivino y desde ese momento no existía ya el concepto de abdicación. Ella, hasta su muerte, sigue manteniendo ese papel.

 

Los faraones tenían un origen divino. Esa era la base de la legitimidad de su poder. Representaba la existencia de un dios viviente que mediaba entre los demás dioses y los hombres mortales. Los faraones de la XVIII Dinastía eran hijos físicos de Amón, engendrados por los reyes, en quienes Amón se encarnaba, en el vientre de la Gran Esposa Real. Hatshepsut era la Gran Esposa Real pero no dio descendencia masculina al faraón Tutmotsis I. Por lo que, a su muerte, y en su condición de hija carnal de Amón, en tanto su padre la engendró en una Gran Esposa Real, llevó a cabo el acto de considerarse a sí misma reina-faraona de las Dos Tierras. No dejaba de ser la hija del gran faraón Tutmotsis I y probablemente fuera ella quien heredara su carácter fuerte y su voluntad de poder. ¿Cómo de revolucionaria se puede calificar la manera de proceder de Hatshepsut en el contexto del Antiguo Egipto?

 

Sí, es un hecho muy muy atípico en la historia de Egipto. Hay poquísimas mujeres que ostentan ese trono, y todas son por coyuntura política muy muy especial. Hatshepsut es una figura que consigue, como decías, un reinado próspero y de paz que desde el punto de vista artístico es muy interesante. Es un período de bonanza económica en el que se construyen muchos funerarios: se construye el conocido Templo de Hatshepsut en Deir-el-Bahari, Djeser-Djeseru, ese templo conmemorativo, se construyen muchísimas tumbas privadas…es un período que a nivel artístico es muy floreciente, y además es un momento muy creativo a nivel pictórico. Es un momento que tiene esas pinceladas, esas características de época de florecimiento económico. Es un tipo de arte muy creativo y mucho más innovador que da pie a un salto en la evolución del arte.

 

Al asumir su condición de faraona, lo hizo asumiendo también los atributos iconográficos masculinos clásicos del poder: la barba postiza, el faldellín y el torso desnudo sin la representación de los pechos. No se sale de la tradición: en todo su proyecto iconográfico subraya que es hija de Amón y que por tanto es la legítima reina. Sin embargo también se encarga de poner de relieve que las mujeres de Egipto son las que traen al mundo a los faraones, asumiendo el mito de Isis pariendo a Osiris: la transmisión del poder era femenina aunque las primogénitas reales quedaran relegadas en favor de descendientes varones secundarios. Intentó ella equiparar a las mujeres en la sucesión al trono de los faraones. ¿Cree que la historia del Imperio Nuevo habría cambiado sustancialmente si lo hubiera conseguido?

 

Sí, claro, lógicamente. Si en un determinado momento la línea sucesoria hubiera ido por una vía femenina pues seguramente habría habido cambios a nivel económico y social. Pero yo creo que desde el punto de vista de la mentalidad egipcia esto era realmente difícil. Estaba luchando contra una tradición de una institución monárquica que estaba ligada a los varones. Es muy interesante este aspecto que mencionas de su iconografía. En un primer momento, en esos primeros años cuando Hatshepsut todavía es regente, se hace representar aún como mujer. Y es hacia el año séptimo de su reinado, de esa co-regencia, cuando creemos que se proclama faraón, porque aunque a veces digamos faraona, es un término incorrecto, no existe: ella es faraón. Es entonces cuando ella, progresivamente, va transformando su iconografía, de una iconografía femenina reflejando sus pechos, atributos, una cara más femenina y más dulcificada, hacia una representación andrógina. ¿Por qué? Porque, probablemente, a nivel artístico no hay tradición iconográfica. Los artistas se enfrentan con la problemática de cómo representar a una mujer que es rey. Entonces retoman esa tradición que está claramente vinculada a una iconografía determinada. Ella, progresivamente, va borrando esos rasgos femeninos. Se hace representar con todos los elementos como el nemes*, la barba postiza, diferentes elementos que, poco a poco, van configurando una iconografía absolutamente masculina. Esto es una evolución. Incluso es curioso que hay pruebas de que algunas representaciones de los inicios de su reinado son rectificadas. Probablemente ella ordenaría que estas representaciones fueran retocadas y fueran rehechas de acuerdo a una iconografía totalmente masculina. Ella lo que está haciendo es adoptar todos esos símbolos. Incluso cuando se la representa junto a su hijastro, Tutmotsis III, probablemente los artistas se encuentran ante la complejidad y la coyuntura de cómo representar a dos reyes, algo hasta la fecha inédito. Y los representan en igualdad, primero normalmente Hatshepsut y, habitualmente, Tutmotsis III detrás, con los mismos atributos, porque tienen que jugar un poco, improvisar.

 

Revisitando la Historia

 

Hatshepsut respeta a un heredero al trono que no es hijo suyo. No tuvo la tentación de liquidarlo ni de apartarlo.

 

Sí, yo creo que ella debió ser una mujer inteligente y con bastante fortaleza. Sobre todo, que supo adaptarse a los tiempos, a la coyuntura política. Se ha creado una leyenda de una mujer ambiciosa con un ansia de poder desmedido pero tenemos que tener en cuenta que muchas de las interpretaciones historiográficas que se han hecho, en siglos precedentes, han reforzado la idea de que una mujer como Hatshepsut en el poder era algo atípico. Hoy día los estudios, desde el punto de vista egiptológico, se hacen con una perspectiva más amplia, con una amplitud de miras un poco más relevante, y se tiende a hacer más hincapié en las cuestiones políticas y coyunturales que no en las cuestiones personales como “era una mujer ambiciosa”. Probablemente ella, lógicamente, estaba fuertemente vinculada con la monarquía y no es raro que pensase que tenía cierto derecho al trono.

 

Durante el reinado de Hatshepsut no hubo guerras, a diferencia de lo que vendría después con su hijastro Tutmotsis III. Con ella se inicia el gran culto solar de la religión egipcia y es ella la que, por ejemplo, inaugura con su enterramiento el famoso Valle de los Reyes. En su reinado se llevaron a cabo expediciones comerciales de importancia capital como el viaje hacia el fabuloso país del Punt, en el Cuerno de África; dejó un importante legado arquitectónico en la antigua capital, Tebas; no hay evidencias de que su condición de mujer diera pie a rebeliones internas que perturbaran la paz social de Egipto y su decisión de proclamarse faraona equiparándose a los hombres dio un vuelco a la historia del imperio. ¿Puede considerarse a Hatshepsut la pionera de la lucha por la emancipación de la mujer en la historia del mundo? ¿Qué importancia tiene esta faraona en la genealogía de la conquista de la igualdad política entre la mujer y el hombre?

 

El culto solar, realmente, no se inaugura en su época. O sea, los cultos solares se habían desarrollado en la historia de Egipto a través de varias divinidades desde tiempos remotos. Es en un tiempo ligeramente posterior, en época de Amenhotep III* y posteriormente, con la figura de Akenatón, ese llamado rey hereje que propugna una especie de monoteísmo, que más bien es un henoteísmo con una figura de ese dios solar, Atón, que es la divinidad principal. Pero no creo que podamos considerar a Hatshepsut como una mujer pionera de los derechos de la mujer. Tenemos que valorarla en su contexto histórico y político. Creo que fue una mujer inteligente con una gran capacidad de adaptación que supo sortear los problemas políticos con el objetivo de garantizar la estabilidad de esa monarquía. En la corte egipcia, como en cualquier corte, existían rivalidades, rencillas y complots. Tenemos noticias de ello en diferentes épocas. Ese peligro de la inestabilidad estaba siempre un poco al acecho. Hatshepsut es una mujer que debe servirnos como referente de una época de apertura al exterior, en la que se hacen viajes a lugares exóticos y distantes como el país del Punt. Es interesante ver cómo en el reinado de esta mujer la actividad egipcia habitual se sigue manteniendo, no cambia. Es un reinado de más de veinte años que le da a Egipto mucha estabilidad.

 

Según algunos expertos es achacable, en buena medida, a la historiografía moderna, el papel secundario o degradado que se le otorgó en su día a Hatshepsut. ¿Cree que hubo algún tipo de sesgo machista en ello o sencillamente se debía al desconocimiento de las fuentes epigráficas, pictóricas y documentales de su reinado? ¿Cuándo y por qué se recupera el perfil histórico de esta reina-faraona?

 

Los estudios egiptológicos, durante décadas, han sido realizados principalmente por egiptólogos que han puesto más el énfasis en las figuras históricas masculinas tradicionales. Yo no diría tanto que hay un sesgo machista en esa figura, quizás ha sido una figura menos estudiada en los primeros pasos de la egiptología y que en las últimas décadas ha recibido más interés. Quizás por el papel tan atípico de una mujer en el trono más que por un deseo de rescatar el valor de una figura histórica que fue muy interesante.

 

El profesor José Manuel Galán ve muchas similitudes entre Hatshepsut y la reina Isabel la Católica. Dice que fueron reinas de carácter y que abrieron las fronteras de sus países. Compara también la expedición egipcia al país del oro, del incienso y de la mirra, Punt, en el Cuerno de África, con el viaje de Colón a las Indias que deparó el descubrimiento de América. Además, ambas reinaron, como dice el profesor Galán, en siglos-espejo: el XV antes de Cristo y el XV después de Cristo. ¿Usted cree que ambas mujeres de Estado son comparables en términos de magnitud histórica?

 

Sí. José Manuel Galán conoce muy bien este período de la historia de Egipto. Él dirige un proyecto de una tumba en la necrópolis tebana que corresponde a esta época y yo creo que es una buena comparación. Isabel fue una reina muy importante, con una fortaleza de carácter, con, probablemente, las ideas muy claras, y quizá sea una buena comparación de dos momentos históricos que suponen un desarrollo de ese imperialismo, un desarrollo económico…es un período de además gran riqueza, lo cual permite realizar obras arquitectónicas. Es una buena comparación de dos momentos de gran florecimiento que a nivel del desarrollo egipcio es importante, que además anticipa una época que es también muy interesante: toda esa época del final de la XVIII Dinastía en la que Tutmotsis III va a desarrollar también campañas militares muy relevantes a nivel histórico. La época de Hatshepsut es muy interesante porque sienta las bases de una estabilidad y de una prosperidad en Egipto.

 

¿Existe, en su opinión de historiadora, una forma de gobernar específicamente femenina, diferente a la de los hombres?

 

No. En el Antiguo Egipto no creo que podamos hablar de una forma de gobierno diferente. Porque además Hatshepsut se sigue apoyando en las mismas instituciones y sigue vinculada a una serie de tradiciones políticas. Ella sigue respetando los festivales religiosos, sigue desarrollando toda una política económica y comercial…no creo que podamos hablar de un cambio. Quizás ella tenía especial interés en determinadas cuestiones pero a nivel de la estructura política no hay un cambio, ella se sigue apoyando en las mismas instituciones. Conocemos también bastantes datos del que se considera su hombre de confianza, Senenmut, que es además el gran arquitecto que diseña ese templo de Deir-el-Bahari, un templo conmemorativo extraordinario.

 

Teniendo en cuenta su importancia histórica, ¿por qué para la literatura y la imaginación de los tiempos posteriores son otras faraonas como Nefertiti o Cleopatra las reinas de Egipto por antonomasia, y no? ¿Cree que en esta época de redescubrimiento de referentes femeninos en la revisión de la historia que se está llevando a cabo en todo los niveles en Occidente, es una figura de primer nivel a reivindicar para difundir su memoria en la cultura popular?

 

Yo creo que a nivel histórico Nefertiti es quizá mucho más conocida por la vinculación con una época muy especial a nivel iconográfico. También porque los descubrimientos de la Época Amarniense, en las excavaciones en el yacimiento de Tell-el-Amarna, el hallazgo de la tumba de Tutankamón, son procesos mucho más recientes. También hay una serie de descubrimientos muy mediáticos, que llegaron a Europa amplificados, que hicieron que Nefertiti sea una figura mucho más conocida que Hatshepsut. Nefertiti, probablemente, también jugó un papel muy muy similar a Hatshepsut: hay recientes investigaciones que apoyan que a la muerte de su marido, Akenatón, Nefertiti también sube al trono durante unos años. Estaríamos en un caso muy similar: en un momento de coyuntura política es la reina la que se convierte en rey. El caso de Cleopatra es totalmente diferente. Está mucho más cercano a nuestro conocimiento porque nos viene por la tradición romana, esa tradición latina, y esa cantidad de fuentes históricas que nos hablan de ese choque del mundo egipcio con el mundo romano mezclado además con cuestiones personales, de esos amores de Cleopatra, de esos vínculos y esas alianzas políticas…

 

¿Debería Netflix fijarse en Hatshepsut para su próxima serie?

 

¿Por qué no? Sería un excelente tema. Yo creo que hay muchos datos hoy día, muchas investigaciones sobre la figura de esta mujer, y desde luego es un personaje muy interesante, con mucho potencial, muy polifacético. Del que también tenemos luces y sombras. Sabemos muy poco, por ejemplo, de su fin, de su ocaso. Pero yo creo que es un personaje, sí, con mucho potencial.

 

Su momia se identificó hace relativamente poco, si no me equivoco.

 

Bueno, los estudios que se han hecho allí sobre momias son bastante complejos. Porque, además, muchas de las momias no han sido encontradas en su contexto habitual y los estudios de ADN no siempre son concluyentes y dependen de muchos factores. Incluso su tumba, la KV20, parece estar asociada a Hatshepsut y a su padre. No está claro cuál es la primera tumba que hubo en el Valle de los Reyes pero muy probablemente esta KV20 sea la primera tumba. En cierta manera Hatshepsut inaugura muchos aspectos que van a ser muy importantes a lo largo de todo el Reino Nuevo.

 

*Tocado tradicional de los faraones egipcios (nota del entrevistador)

*Amenofis III en la historiografía occidental tradicional (nota del entrevistador)

 

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Antonio Valderrama

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Fotografías: Elisa Tcach; Met Museum 

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