¿Por qué la obra de Kafka sigue vigente 100 años después de su muerte?

03/06/2024

Hoy se cumplen 100 años de la muerte de Franz Kafka, el escritor praguense que previó algunos de los acontecimientos más relevantes de siglo XX y cuya aportación a la Literatura se puede equiparar a la de Platón a la Filosofía o Bach a la Música. Así lo asegura Vicente Ordóñez Roig, profesor de Filosofía Moral de la UNED y codirector, junto a Pilar Parcerisas, historiadora, crítica de arte, ensayista y comisaria de exposiciones, del Seminario de Filosofía Práctica, Antropología y Estudios Culturales que este año se dedica a reflexionar sobre la obra de Kafka. Ordóñez se cuestiona en este artículo los motivos por los que la obra del escritor sigue siendo tan sugerente hoy en día, planteando posibles causas como su carácter profético o su estilo rítmico y melódico.

 


Vicente Ordóñez: “No es exagerado afirmar que Kafka es a la Literatura lo que Bach a la Música o Platón a la Filosofía”


¿Por qué, hoy, la obra de Kafka sigue siendo tan sugerente? ¿Porque anticipa o profetiza algunos de los acontecimientos más significativos del siglo XX como ya sostuvieron algunos de sus primeros y más ilustres intérpretes: Benjamin, Arendt, Lukács, Adorno o Steiner? ¿Tiene que ver, tal vez, con su fragmentariedad, desbordamiento o apertura continua? ¿Porque prevé los fallos técnicos del ser humano en el trato consigo mismo? ¿O es meramente su estilo, rítmico y melódico, es la música de su lenguaje lo que lo hace tan especial?


Sea de esto lo que sea, lo cierto es que la obra de Kafka es el gran palimpsesto en el que han quedado grabados algunos de los acontecimientos decisivos del siglo XX —un siglo, por cierto, que ni fue tan corto como algunos pensaron ni supuso la cancelación de la historia como otros supusieron—. Y es que Kafka previó la industrialización de la muerte y el terror de los campos de exterminio; la arbitrariedad del Derecho y el modo como las elites políticas y económicas se sitúan al margen de la ley; el trato inhumano y la violencia ejercida contra las minorías, los exiliados, los sin nombre ni rostro, aquellos colectivos que se sitúan lejos de las estructuras que permean el espacio del poder; la forma en la que, a medida en que se despliega la racionalidad capitalista, la irracionalidad se torna razón; la eliminación del hombre en un universo opresor e incomprensible; la creación de una máquina burocrática tentacular, indescifrable, absoluta; el carácter amoral de quienes tienen la responsabilidad de ejecutar lo que dicta la ley… Cuestiones, todas ellas, que desbordan el ámbito del siglo XX y llegan hasta nuestros días.


Kafka tenía, además, una habilidad especial para inventar personajes inauditos, crear giros narrativos inesperados, imaginar situaciones extrañas o describir momentos imprevistos. Por eso, quizá, sus escritos no se agotan en lo que puede ser interpretado. Con cautela, con prudencia y ponderación, hay que ir avanzando a tientas en el interior de ellos. Albert Camus dijo sobre Kafka que el destino, y quizá la grandeza de su obra, está en que admite cualquier posibilidad interpretativa y no satisface ninguna. Y es cierto. De algún modo, la obra de Kafka se ha desvanecido y es la obra de los demás en la que conviven una multitud más o menos ordenada de intérpretes, pero ya no él. Kafka está ahí, ciertamente, en sus relatos, novelas, diarios, reflexiones de viajes, cartas o recuerdos. Pero como toda obra sugerente, es capaz de suscitar, cada vez que es leída, releída o narrada, un abanico de interpretaciones diferentes si bien, y esto es importante, igualmente legítimas.

 

Quizá no es exagerado afirmar que Kafka es a la literatura lo que Bach a la música o Platón a la filosofía: generador, polifónico, total. La obra de Kafka, para quien escribir era una forma de rezar, desborda el tiempo en el que fue escrita y, como una flor perenne, crece indefinidamente porque con cada nueva lectora o lector produce un efecto inesperado.

 

De ello hablará el próximo jueves 6 de junio, entre las 19:00 y las 20:30 h, Fidel Tomás, investigador centrado en las relaciones entre Filosofía y Literatura, con su ponencia De Kafka a Beckett. Pasajes entre castillos. Será la última sesión del Seminario de Filosofía Práctica, Antropología y Estudios Culturales coorganizado por el Departamento de Filosofía Moral y Política de la UNED y la Fundació Angelus Novus-Casa Walter Benjamin (Portbou). Se podrá asistir presencialmente (sala 06 de la Facultad de Filosofía de la UNED) y online. Inscripciones hasta el día 5 de junio escribiendo al correo: vordonez@fsof.uned.es.

 

 

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