Describen por primera vez cómo se propaga la actividad neural en mil regiones del cerebro en personas cisgénero y transgénero
El artículo Whole-brain dynamics differentiate among cisgender and transgender individuals, publicado en Human Brain Mapping, aporta nueva información acerca de cómo se representa en el cerebro la identidad de género. Los investigadores usaron una estructura de análisis de ignición intrínseca para investigar si existían diferencias de género en la propagación de la actividad neuronal en todo el cerebro y dentro de cada una de sus redes en estado de reposo.
Antonio Guillamón, profesor emérito del UNED y uno de los autores del artículo, explica que con esta metodología se comprobó que “los cuatro fenotipos cerebrales (hombres y mujeres cis y transgénero) que se habían descrito con anterioridad a nivel de estructura anatómica de la corteza, emergen también a nivel funcional” cuando se estudia un cerebro parcelado en mil regiones. Es la primera vez que se reportan diferencias entre los géneros en un análisis del funcionamiento global del cerebro.
En el trabajo se estudiaron 29 hombres trans y 17 mujeres trans con incongruencia entre genitales e identidad de género, 22 mujeres cis (congruentes) y 19 hombres cis, y se calculó la capacidad de un área cerebral determinada para propagar la actividad a otras áreas (ignición media) y la variabilidad a lo largo del tiempo para cada área del cerebro (meta-estabilidad).
“Descubrimos diferencias en el cerebro de todos los grupos a nivel global y cuando se examinaron diferentes redes de conectividad”. A nivel de la red encontramos que, en comparación con los otros grupos, los hombres cis mostraron una mayor ignición media y metaestabilidad en las redes de Atención y Control Ejecutivo”, dice el estudio. Por su parte, las mujeres cis mostraron mayor ignición que los hombres cis y los trans en la red Neuronal por Defecto. Los hombres cis y las mujeres trans se diferenciaron en la red Temporal Parietal.
Finalmente, calculamos las correlaciones entre estas medidas y una puntuación de satisfacción con la imagen corporal. La insatisfacción de los hombres trans, así como la satisfacción de los hombres cis y las mujeres cis hacia su propia imagen corporal, se asociaron claramente con redes específicas en cada grupo.
“En general, el estudio de la complejidad dinámica de la red de todo el cerebro encuentra diferencias por grupos de identidad de género. Los enfoques dinámicos funcionales podrían ayudar a desentrañar la naturaleza compleja de la dimensión de género en el cerebro”, escriben los autores del trabajo.
“Este trabajo es relevante porque se ha parcelado el cerebro en 1000 regiones y se ha estudiado cómo a partir de cada una de ellas se propaga la actividad neural y como esta varía en el tiempo. Se observa que el cerebro no es la foto fija que vemos en un escáner, sino que la actividad cerebral se va modificando con el tiempo”, explica el profesor Guillamón, que añade que hasta esta investigación no se había confirmado a nivel funcional de todo el cerebro lo que ya se sabía de la estructura del cerebro respecto a la identidad de género: “este trabajo confirma la existencia de los cuatro fenotipos cerebrales y apoya la teoría de que hay un proceso de diferenciación relacionado con la identidad de género que no es patológico”, precisa el profesor de la UNED.
“La incongruencia entre los genitales y la identidad de género hace sufrir, es una variación, pero no una patología”, concluye.
Whole-brain mean-ignition and node-metastability measurements for each of the 1000 brain regions by each group. (a) The boxes in the plots indicate the second and third quartiles (IQR), and middle lines are medians. Each dot represents a brain region. Means and standard deviations can be found in Table 1. There were significant differences between all groups' contrasts with Monte Carlo 1000 permutations and the Bonferroni correction p < .0004. (b) Brain renderings show the distribution of mean-ignition and node-metastability values per each brain region by group. Red warm regions had the highest mean-ignition and node-metastability values, and dark blue ones the lowest. (c) Mean-ignition and node-metastability measurements with averaged regions for each participant by groups. Each dot represents a participant. No group comparison reached the significance threshold after the Bonferroni correction.
Edición web: Rafael Carretero del Puerto
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