Andrés López de la Llave: “La educación para la salud sexual es una responsabilidad política y social”

18/11/2022

Andrés López de la Llave, profesor de Psicología de la UNED y Académico permanente de la Academia española de Sexología y Medicina sexual, analiza en este artículo el papel de la Educación para la Salud Sexual como una cuestión de salud pública, considerando que “una inadecuada educación sexual contribuye a generar problemas interpersonales y/o sociales como por ejemplo abusos, agresiones, maltrato o violencia, entre otros”. López de la Llave preside, junto a la profesora de la UNED María del Carmen Pérez-Llantada, el comité organizador del Congreso iberoamericano de Sexología y Educación Sexual, que tendrá lugar en Valencia del 24 al 26 de noviembre organizado por el Instituto de Psicología y Sexología Espill y el Programa Universitario de Salud Sexual de la UNED.

 


“La Educación para la Salud Sexual: una cuestión de salud pública

Por cuestiones debidas al azar, muchas personas que se educan sexualmente sin control alguno, ad libitum, adquieren una sexualidad saludable (observando a quienes les rodean, obteniendo información en libros o en Internet …) Pero en otros muchos casos no es así. 


Cuando la educación sexual tiene una intencionalidad hablamos de educación sexual “controlada”, “dirigida”. Esa intención puede ser cultural, moral, ética, ciudadana o de salud y bienestar... Así, se puede hacer educación sexual con la finalidad de mantener las tradiciones, o de promover unas normas morales o para fomentar determinadas ideologías. 

 

Sabemos que en determinados países africanos se llevan a cabo ‘programas’ de Educación Sexual con la finalidad de mantener las tradiciones relativas a la mutilación genital en mujeres. En algunas instituciones religiosas, se hace Educación Sexual para favorecer conductas sexuales acordes con la moralidad de la religión de que se trate. Desde ciertas posiciones políticas, se proponen programas de Educación Sexual cuyo objetivo es mantener los roles de género, hasta hace nada tradicionales, en los que la mujer tiene un papel dependiente del macho.

 

Decir que se hace Educación Sexual, es decir bien poco. Desde nuestro punto de vista, es necesario referirnos a este proceso de educación sexual “controlada” poniéndole un calificativo que sea innegablemente válido para todas las culturas, sociedades y momentos. Por eso creemos que es necesario hablar de “Educación para la Salud Sexual: Educación Sexual para alcanzar mejores niveles de salud, bienestar y felicidad.

 

La sexualidad de las personas es determinante en sus propios niveles de salud y bienestar, pero también lo es en la forma cómo se relaciona con otras personas. Desde el punto de vista individual, una inadecuada educación sexual es un factor etiológico en disfunciones sexuales y otros problemas de la sexualidad. Pero también, la inadecuada educación sexual contribuye a generar problemas interpersonales/sociales (por ejemplo, abusos, agresiones, maltrato, violencia…)

 

Hoy pocos niegan la intervención/control social en problemas de salud como por ejemplo los infecciosos. La sexualidad de las personas también requiere de ese tipo intervención/control, porque la sexualidad de los otros también es determinante de nuestro bienestar. La educación para la salud sexual habría de ser considerada de igual manera que, por ejemplo, el control de enfermedades infecciosas, o que otros problemas a los que atiende la salud pública para prevenir enfermedades y contribuir al bienestar de sus ciudadanos. Desde nuestro punto de vista, la educación para la salud sexual es una responsabilidad política y social.”

 

 

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Itziar Romera Gómez

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