Sonríe aunque te cueste, serás más feliz (pero poco)

22/12/2022

Un consorcio internacional de investigadores, entre los que se encuentra el profesor Pedro Raúl Montoro, de la Facultad de Psicología de la UNED, han puesto a prueba la denominada hipótesis de la retroalimentación facial, que sostiene que nuestras experiencias emocionales están influidas por las expresiones faciales. La investigación ha sido publicada en la prestigiosa revista Nature Human Behaviour y concluye que sonreír, incluso de manera forzada, aumenta el bienestar emocional, aunque no en gran medida.

 

 

¿Estamos tristes porque lloramos o lloramos porque estamos tristes? ¿Puede una sonrisa, aunque sea fingida, levantarnos el ánimo? La hipótesis de la retroalimentación o feedback facial propone que la activación de la musculatura implicada en la expresión facial de las emociones influye directamente en la intensidad de nuestras experiencias afectivas. De esta forma, la mera activación de los músculos implicados en la sonrisa nos haría sentir más felices mientras que fruncir el ceño nos induciría enfado. Los resultados de las investigaciones previas han sido controvertidos, con datos tanto a favor como en contra de esta hipótesis.

 

Para zanjar el debate, un consorcio internacional de investigadores ha evaluado a más de 3.500  participantes de 19 países, entre los que se encuentra España, con la aportación de los profesores Pedro R. Montoro, de la Facultad de Psicología de la UNED, y José A. Hinojosa, de la Universidad Complutense de Madrid. En una de las tareas, los participantes tenían que reproducir la sonrisa mostrada por la fotografía de un actor, mientras que en otra se les instruyó para que voluntariamente movilizasen algunos de los músculos involucrados en la sonrisa. Cuando se les preguntó por su estado de ánimo, declararon sentirse más felices, con un incremento similar en ambas tareas. Sin embargo, el incremento de la sensación de bienestar fue pequeño, similar al que se experimenta viendo fotos de perritos o de bebés.

 

Por último, a un tercer grupo de participantes se les aplicó el procedimiento del “lápiz en la boca”, en el que tenían que sujetar un lápiz entre los dientes (como cuando forzamos una sonrisa) o entre los labios (lo que impide simularla), como forma de que no fueran conscientes de los objetivos de la investigación. En este caso, el aumento en la sensación subjetiva de felicidad fue minúsculo, prácticamente nulo.

Procedimiento del ‘lápiz en la boca’. Fuente: “A multi-lab test of the facial feedback hypothesis by the Many Smiles Collaboration”. Nature Human Behavior (2022). CC BY

 

Aunque los resultados de este trabajo no proporcionan un apoyo definitivo a la hipótesis de la retroalimentación facial, sí suponen una importante confirmación de que determinados movimientos de los músculos implicados en la sonrisa promueven un estado anímico de felicidad. Por ello, se puede concluir que sonreír es suficiente para elevar nuestro estado de ánimo, aunque tampoco es para tirar cohetes. Moraleja: si quiere sentirse (un poco) más feliz puede elevar las comisuras de los labios pero no es necesario que muerda un lápiz.

 

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